"¿Estás quemado?"
En tiempos de pandemia
Cuando me mude a República Checa una de las cosas que me advertían siempre (y hablo de los checos) es que "somos bastante quejones", como toda generalización, es verdad solo a medias, pero lo que sí es cierto, es que si parafraseamos, son bastante más abiertos que nosotros los latinos a la hora de expresar su desagrado con algo (y valga aquí la nota de la generalización anterior). Pues lo traigo a colación, porque resulta que esta cualidad añadida a mi pasaporte, me ha resultado de los más útil tras los reveses del 2020.
La mayoría de nosotros tras la pandemia (y sus olas que parecen indetenibles) nos hemos tenido que adaptar a una infinidad de cambios en muy poco tiempo. Estos cambios en mi experiencia personal han llevado a un agotamiento permanente durante varios meses, o en otras palabras, sí, me he estado quemando poco a poco. BURNOUT en nuestra lengua es QUEMARSE y lo cierto es que la pandemia nos tiene a todos algo quemados.
Y sin entrar en detalles, confesaré que más allá de los síntomas físicos, que son un fastidio, me di cuenta que una de las cosas que más me molesta de sentirme quemada es la irritabilidad permanente, la apatía y el cinismo (en dosis más allá de lo tolerable). En mi cabeza, no son aspectos de personalidad que ningún educador (y ninguna persona) quiere transmitir. Caí en cuenta entonces, documentandome al respecto, que una de las mejores maneras de sacarlo de tu sistema es precisamente siendo entonces, un poco más checa al respecto, osea, "siendo un poco más quejona". Y aunque ninguna mamá latina lo aprobaría (reinas mártires ante todo) es FUNDAMENTAL.
Sentirse quemado, estar quemado, es sin duda muy desagradable pero es inevitable para quienes no hemos dejado de hacer girar la rueda en estos tiempos de pandemia. Hay varias opciones para salir del ciclo, comencemos desde la autoconciencia a reconocernos quemados y a buscar ayuda. !Quéjate un poquito más! y comienza a apagar ese fuego que no hace más que consumirnos.